La Drosophila Melanogaster, esa pequeña criatura, es de hecho un modelo sofisticado de la biología humana. Alrededor del 60% de su exoma es igual en humanos. Esto permite que la pequeña mosca se pueda emborrachar o padecer obesidad, desarrollar diabetes o Parkinson y con algunos trucos de ingeniería genética, se pueden desarrollar tumores idénticos a lo de los humanos.