La cata de alimentos es crucial para que las empresas puedan adaptar sus productos a los gustos del consumidor. Uno de los principales instrumentos de medida de este análisis sensorial no es una máquina sino un grupo de personas sin ningún tipo de experiencia en el tema.
Con el tiempo se ha generado la necesidad de comprar equipo adecuado y contratar personal especializado para poder llevar a acabo una cata más sensata pero hace que pocas empresas alimentarias puedan permitirse el proceso de la compra o la contratación del personal. Para aminorar esta situación, han aparecido nuevos métodos de cata basados en geometría en los últimos años. Y aunque sacrifican precisión en los resultados, ahorran tiempo y dinero.
El software se llama SensoGraph y utiliza la geometría para evaluar de forma rápida y sencilla diferentes alimentos, decidiendo qué muestras se parecen entre sí y cuáles no.
SensoGraph es un método rápido y sencillo para posicionar unos elementos en relación a otros.
En el vídeo de arriba se muestra un ejemplo donde los usuarios colocan más cerca los países que le resultan más similares y más lejos los países que creen son más diferentes. El resultado refleja tres grupos claros. Un grupo con Reino Unido e Irlanda muy conectados entre sí y poco conectados con el resto. Otro grupo comprende los países denominados PIGS (Portugal, Italia, Grecia, España) y un tercer grupo incluye el resto de países.
Pensemos en otro ejemplo, el vino. Supongamos que una bodega quiere lanzar un nuevo vino y quieren saber cómo van a posicionarlo los consumidores respecto a otros vinos que ya están en el mercado. Este software no sólo es posible aplicarlo en una relación de países o en los vinos, puede también usarse en catas de café, de quesos, de té o de cualquier alimento que necesite ser evaluado.
Más información en: El Pais, SensoGraph.
Créditos de la imagen: Maksym Kaharlytskyi, en Unsplash.
Crédito del vídeo: SensoGraph.